El Papa se pronuncia sobre el aumento de las peleas entre familiares por las herencias

Madrid, 24 de agosto de 2022. La sabiduría popular asegura que a las personas de nuestro entorno se les conoce de verdad en situaciones límite, como a los hermanos en la herencia. Esto da cuenta de que cada vez hay más disputas entre familiares a la hora de heredar. Si los últimos momentos de la persona que fallece son duros también para su entorno, el momento de repartir los bienes hace que afloren sentimientos encontrados, situaciones duras y conflictos que generan distanciamiento entre hermanos o primos que han convivido durante años en paz.

Esta realidad ha llegado hasta el Vaticano. El papa Francisco denunció en una de sus homilías esta situación y declaró que «¡Cuántos hermanos y hermanas, ¡cuántos miembros de una misma familia se pelean desgraciadamente, y quizás ya no se hablan, a causa de la herencia!».

Desde Heritae, la startup especializada en gestión de herencias, Ernesto Rivera comenta que “es complicado ver cómo una familia no es capaz de ponerse de acuerdo a la hora de repartir la herencia y por este motivo incluso dejan de hablarse. La parte buena es que, en muchos casos, con una mediación inicial, se consigue llegar a un entendimiento. La mediación es un servicio que comenzamos a ofrecer hace un tiempo en Heritae y está funcionando bastante bien, ya que al final, lo que sucede en muchos casos, es que hay una falta de comunicación en la familia”.

Los conflictos más habituales son entre los propios herederos relacionados con el reparto o las discrepancias entre los herederos con el cónyuge viudo, aunque cada vez crecen más los casos de desavenencias con segundos cónyuges o hermanos de padre o madre. Herederos que han convivido de manera forzada los últimos años de vida del fallecido por, por ejemplo, haber contraído segundas nupcias y que, a la hora de hacer frente al testamento, se encuentran incluso con beneficios unos sobre otros.

En Heritae decidieron implantar un servicio de mediación entre herederos. Para Ernesto Rivera, “este servicio está ayudando a bastantes familias a gestionar su herencia de una manera más amable y, sobre todo, logramos que no se resuelvan judicialmente. Logramos ahorrar tiempo y dinero a nuestros clientes”.  Es una medida interesante para adelantarse a situaciones de conflicto que pueden darse en el futuro, para repartir el patrimonio y explicar a los legatarios cuáles han sido las últimas voluntades del finado y resolver sus dudas antes de que los lazos familiares se rompan definitivamente.

Es un ahorro de tiempo y de dinero, pero también de momentos que pueden convertirse en algo irreversible con el paso de los años. José tiene hoy 67 años y hace 7 años que murió su hermano. El reparto de la herencia de sus padres fue un drama que dividió a las familias. “No supimos ser hermanos en el momento más importante de nuestras vidas”, explica. “Mis padres nos compraron una casa a cada hermano, una sí que se cambió la propiedad con ellos en vida, pero la otra no y eso obligó a que formara parte de la herencia. Fue como si uno de los dos hubiera sido privilegiado ante el otro hermano” y añade algo importante “no estuvimos bien asesorados, los abogados preferían pleitear y separarnos algo que consiguieron porque nunca más volví a tener relación con mi hermano”.

Abogados, expertos fiscales y peritos judiciales inmobiliarios son algunos de los actores principales en este tipo de herencias para dar seguridad a todas las partes. También es importante que entiendan y acepten la voluntad del fallecido.

El Papa ha querido llamar la atención a la sociedad sobre este tipo de comportamientos irracionales entre familiares o seres cercanos ante una muerte. En el plano profesional, la ley y los profesionales del sector han sabido adaptarse a los tiempos para dar respuestas a las dudas, evitar problemas y que se disponga de la voluntad del fallecido tal y como él querría. 

Verse involucrado en un conflicto militar es ahora más probable que hace medio año y el futuro cada vez se vuelve más incierto en cualquier sociedad por muy avanzada que esté.

Ernesto Rivera, abogado experto en herencias y socio fundador de Heritae, aclara que «si ya de por sí hay complicaciones familiares a la hora de heredar, en un contexto bélico la situación puede llegar a complicarse notoriamente».

En España, el Código Civil recoge en la sección VII del capítulo 1 sobre los testamentos la regulación de los testamentos militares. Aquel que pueden otorgar en tiempos de guerra militares en campaña, prisioneros, rehenes o voluntarios. También otros empleados civiles que tengan una labor reconocida dentro del Ejército.

La posibilidad de otorgar testamento ante un oficial que tenga categoría de Capitán permite cierta tranquilidad en aquellos que quieren dejar solucionado esta situación por estar en una situación de muerte inminente, sobre todo, si se encuentra en un país extranjero.

El artículo 716 también explica que, si el testador estuviere enfermo o herido, podrá otorgarlo ante el capellán o el facultativo que le asista. Incluso explica que si estuviese en destacamento tendrá que testar ante el que lo mande, aunque sea subalterno. Al igual que otros testamentos será siempre necesaria la presencia de dos testigos idóneos.

El recorrido del Testamento se regula por el artículo 718 que ordena que deberán ser remitidos con la mayor brevedad posible al Cuartel General y este los remitirá al Ministerio de Defensa.

La opción de que la persona que hace el testamento militar fallezca es elevada por el contexto. En ese caso el Ministerio remitirá el testamento al Colegio Notarial correspondiente al último domicilio del difunto. De no ser conocido lo hará llegar al Colegio Notarial de Madrid.

Una vez recibido, el Notario deberá comunicar, en los diez días siguientes, su existencia a los herederos y demás interesados en la sucesión, para que comparezcan ante él al objeto de protocolizarlo.

Si, por el contrario, el testador no ha fallecido inmediatamente después de testar o ha dejado de estar en campaña, el testamento militar dejará de ser efectivo cuatro meses después.

Rivera añade que, «aunque vemos muy lejos este tipo de posibilidades y contamos con que en España no tengamos que vivir algo así, lo que no hay que perder de vista es que, al final, todos nos preocupamos por nuestra familia y una de las cosas que podemos hacer por nuestros seres queridos es dejar hecho el testamento, con el fin de evitarles trámites adicionales y problemas en un momento futuro más que delicado».

El Código Civil va más allá en artículo 720 y detalla situaciones de combate. «Durante una batalla, asalto, combate y generalmente en todo peligro próximo de acción de guerra, podrá otorgarse testamento militar de palabra ante dos testigos». Si el testador se salva, el testamento quedará ineficaz. Pero, si fallece, debe formalizarse por los testigos ante el Auditor de guerra o funcionario de justicia que siga al Ejército.